Aina Bertran
España ha cambiado mucho o poco según el lado por el que la miremos. Pero lo que está claro és que los tópicos y aquellos con lo que nos definimos no ha cambiado lo más mínimo. Los españoles són sevillanos, cantan y bailan vestidos de farales, comen tortilla de patatas acompañadas de sangría y los domingos por la tarde van a los toros.
Com ya dije en mis últimos artículos, el toreo está considerado como un arte, un espectaulo y tradición muy unido a este país. En el momento en que el toro o el toreo se convierten en un símbolo de una nación (en este caso España) se convierte en un símbolo nacionalista. Según la Real Academia de la Lengua Española, una nación es un conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo gobierno. El nacionalismo es el apego de los naturales de una nación a ella y a cuanto le pertence. ¿España es entonces una nación? Sí. ¿Tiene España apego por aquello propia de ella y que le pertence (en nuestro ámbito de investigación el toro)? Sí. Por lo tanto, y según el análisi de la historia y la definición de estos conceptos, el toro sería un símbolo nacionalista de España.
¿Podríamos afirmar a estas altura que el toro es un símbolo nacionalista español, después de constituirse como un elemento cohesionador de la población como tradición?
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